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Protegiendo los Derechos, Liberando el potencial de las niñas indígenas en zonas rurales de Guatemala
- 14 de mayo de 2013
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Casi el 40 por ciento de los 14 millones de guatemaltecos, pertenecen a uno de los más de 20 grupos indígenas mayas. Un número desproporcionado vive en zonas rurales pobres y aisladas, con limitado acceso a los servicios básicos como el agua, el saneamiento, la educación y la salud.
Las oportunidades para las juventudes de estas áreas son limitadas, en particular para las adolescentes. Ellas encuentran a menudo limitados sus caminos hacia el futuro por la discriminación y la práctica tradicional del matrimonio infantil.
"En mi pueblo, las niñas no tienen acceso a la información ni la educación", dijo Sonia Delfina Cho Tun, de la comunidad Chitixl, en el altiplano del norte del país. "No hay una escuela secundaria local. Sólo podemos estudiar hasta el sexto grado de primaria. Generalmente, las niñas se casan a los 15 años, sin saber qué les espera en el futuro a ellas y a sus hijos."
"Los padres los obligan a casarse, porque dicen que cuando llegan a los 20 años y siguen solteras, ya no pueden encontrar un marido y se quedan a envejecer solas."
Obteniendo resultadosLas lideresas de equipo reportan:
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Sonia se involucró con el Programa Abriendo Oportunidades. Un programa que ofrece espacios seguros, asesoramiento, oportunidades de educación y solidaridad para las adolescentes. Esto hace una gran diferencia en su comunidad de bajos recursos.
Sonia lo describe de esta manera: "No hay muchos servicios en mi comunidad, todo parece triste y los caminos son de tierra. El pueblo más cercano está a tres horas de distancia."
"Las mujeres tejen huipiles (blusas tradicionales). Los hombres trabajan como jornaleros y regresan a casa una vez al mes. No hay empleos disponibles, no existen las empresas o las compañías."
A través de su trabajo, liderando grupos de niñas de la localidad, ella se encontró forjando un camino diferente. Obtuvo una beca, continuó sus estudios y comenzó a trabajar como pasante en la Oficina de la Defensoría de la Mujer Indígena del Departamento de Alta Verapaz, donde se enteró de los derechos humanos básicos, que muy pocas de sus amigas son capaces de ejercer.
"Las mujeres indígenas no conocen sus derechos, y a lo largo de sus vidas, sufren violencia por parte de los hombres y de sus familias", dijo Sonia. "Cuando volví a casa, sabía mucho sobre los derechos de las mujeres, algo de lo que no sabía nada antes. Mi madre estaba muy feliz por mí, por el cambio en mi vida, en mi familia y en la vida de otras chicas".
Con el apoyo del Programa Abriendo Oportunidades, Sonia fue entrenada para comenzar un club sólo para niñas, donde ella pudo servir de mentora para otras en la comunidad, y hablar con niñas más jóvenes acerca de la autoestima, los valores, el liderazgo y la salud. Estos clubes para niñas brindan una oportunidad para el aprendizaje, la recreación y la interacción social, fomentando al mismo tiempo un espacio para considerar otras alternativas a la tradición del matrimonio y la procreación precoces.
El Programa piloto de Abriendo Oportunidades fue implementado por primera vez en el año 2004, con una donación inicial de UNFPA de $ 100,000. Ahora, el Programa está siendo dirigido por el Population Council, con el apoyo de muchas otras organizaciones. Aunque las niñas se encuentran en el corazón mismo del Programa, su éxito también se basa en la colaboración de los padres, maestros y líderes de la comunidad. En las primeras etapas de un proyecto comunitario, se atrae a los adultos en la investigación de las dinámicas locales y estructuras de poder, a través de un ejercicio de mapeo social utilizando la tecnología GPS. Más tarde, una variación de este ejercicio puede ser utilizado para realizar "un mapeo de seguridad" una forma de identificar los lugares donde las niñas, adolescentes y mujeres se sienten en riesgo de violencia, y para diseñar estrategias para hacer estos lugares más seguros.
En los clubes, las niñas están divididas en grupos de edad (8-12 y 13-18) y participar en un programa de actividades orientadas a la etapa de su vida actual. Las niñas más jóvenes pueden aprender acerca de la autoestima, la salud reproductiva, la comunicación y la participación en la comunidad; las niñas mayores hablan sobre la sexualidad, la prevención del VIH y la planificación familiar. Otras charlas apropiadas a la edad también incluyen temas como educación financiera, las relaciones sexuales y desarrollo de habilidades para la vida. Las jóvenes lideresas también reciben un pequeño estipendio y se les anima a aprender a manejar el dinero y prepararse para medios de vida productivos.
Las lideresas también son capacitadas en temas como violencia contra las mujeres y algunas trabajan como pasantes con instituciones de servicios que trabajan en el tema. Cuando Sonia charla con las sobrevivientes de violencia, ya cuenta con estrategias para ayudar: "Para ayudar a estas mujeres, les proporciono información que he aprendido de las instituciones que apoyan a las mujeres, como la Oficina de la Defensoría de la Mujer Indígena, los Juzgados y otras instituciones. Les comparto lo que sé, y las acompaño a denunciar la violencia que sufren". Los clubes de las niñas también están conectados a Recursos para Niñas Indígenas guatemaltecas y la Red de Empoderamiento.
El Programa también se extiende a los niños indígenas, para cultivar en ellos actitudes masculinas de apoyo hacia las mujeres y las niñas, y a lograr mayor equidad de género. En colaboración con el Cuerpo de Paz de Guatemala, niños líderes fueron seleccionados en cinco comunidades piloto, para crear los clubes sólo para varones, quienes se reúnen una vez a la semana, siguiendo una guía curricular adaptada para discutir cómo las desigualdades de género afectan a toda la comunidad. Los clubes de niños y niñas se reúnen en diferentes ocasiones, en espacios de recreación y para elaborar artesanías.
Desde su inicio en 2004, el Programa Abriendo Oportunidades ha llegado a más de 3,500 niñas indígenas de siete etnias mayas, y ha involucrado a más de 40 comunidades rurales de seis regiones geográficas del país. De acuerdo con una evaluación realizada por el Consejo de Población en el año 2010, el Programa está construyendo "activos" de protección para las niñas (como autoestima, habilidades de comunicación, alfabetización). También anima a las niñas a permanecer estudiando en la escuela (72 por ciento de niñas lideresas del Programa Abriendo Oportunidades seguían en la escuela al cierre del ciclo 2009-2010), a considerar estudiar una educación superior (52 por ciento de las lideresas del Programa quieren finalizar la universidad, y el 32 por ciento quiere completar una formación profesional), y a retrasar el matrimonio (97 por ciento de las lideresas permanecieron solteras durante el ciclo del programa) y retrasar la maternidad (el 94 por ciento de las lideresas desean postergar la maternidad hasta después de los 20 años de edad).
Más del 80 por ciento de las niñas entrevistadas del Programa Abriendo Oportunidades logró un promedio de 7.7 en una escala de 8 ítems, que sirvieron para cuantificar su sentido de auto-eficacia, lo que indica que posterior a los programas rurales, las niñas indígenas bien pueden tener la confianza necesaria para cumplir con sus planes de vida. De acuerdo con la evaluación, estos son exactamente los tipos de "cambios locales" que contribuyen a romper patrones de pobreza intergeneracional, y a promover el logro de los objetivos nacionales de desarrollo.
Estos resultados también logran un cambio social positivo en el hogar y en la comunidad (aumento de la autonomía femenina se refleja en el permiso de los padres de las niñas para asistir a eventos del Programa Abriendo Oportunidades, el aumento de libertad para reunirse con sus amistades, y las niñas reportaron una mejora en el estado de la vivienda, en su participación en la escuela y en las actividades de la comunidad).
Sonia, por ejemplo, se ha convertido en un modelo a seguir para otras niñas de su pueblo: "En mi comunidad, yo soy la única mujer que se ha graduado de la escuela secundaria", dice ella. "Yo soy la única mujer que habla español con fluidez. Las niñas jóvenes de la comunidad me admiran por esto. Es una gran diferencia, un cambio maravilloso en mi vida ", comenta.
Cuando los padres y los líderes de la comunidad ven a las niñas y a las mujeres jóvenes asumir nuevos roles y tener una idea de su capacidad y potencial, sus propias percepciones acerca de ellas y de sus oportunidades, empiezan a cambiar. Según la evaluación del año 2010, las niñas y las mujeres jóvenes son más apreciadas y valoradas por sus familias, lo cual también mostró un aumento en las expectativas de los padres de que sus hijas permanezcan en la escuela.
Sonia sigue siendo un modelo para alentar a las niñas a soñar, y a darles posibilidades para cumplir esos sueños. "Mi sueño es poder casarme después de que cumplan 25 años, y tener un mejor trabajo", dice Sonia. "Por ahora, estoy ayudando a mis hermanos más pequeños, no sólo económicamente, sino ayudándolos con sus deberes de la escuela, cuando no saben, o no entienden cómo hacer algo."
"Quiero seguir estudiando en la Universidad, y seguir apoyando a las mujeres de mi comunidad. Hace mucho tiempo, me daba miedo trabajar, pero ahora, quiero ayudar a las mujeres que sufren violencia, acompañarlas y a apoyar a las jóvenes a permanecer en la escuela".
Guatemala es uno de los cuatro países prioritarios en los que UNFPA tiene previsto invertir fuertemente en los próximos años, para crear oportunidades para las adolescentes y ofrecer alternativas al matrimonio infantil.
El Programa Abriendo Oportunidades, que ahora llega a unas 4,000 niñas de 45 comunidades mayas de Guatemala, está diseñado para explotar el poder y el potencial de las niñas indígenas rurales y las mujeres jóvenes. En su esencia, el Programa se construye sobre la evidencia de que las inversiones estratégicas en las niñas más pobres, de las comunidades más pobres, no son sólo los bienes en sí mismos, sino que apoyan directamente al logro de los objetivos de desarrollo local y nacional, incluidos los ODM. El Programa se centra en la construcción de las capacidades sociales, económicas y de salud de las niñas indígenas rurales, uno de los grupos de población más vulnerables y marginadas de Guatemala, como una estrategia fundamental para la reducción de la pobreza y el desarrollo social a largo plazo. El enfoque es único por su diseño específico y basado en la evidencia. Está centrado en las niñas (diseñado con y para las niñas, partiendo de los problemas que perciben y soluciones), y es participativo.
En la actualidad, el Programa Abriendo Oportunidades está dirigido, en gran parte, por mujeres jóvenes graduadas del mismo Programa. Se utiliza un enfoque de liderazgo en cascada, en donde las mujeres jóvenes, a menudo seleccionadas dentro del mismo Programa, son capacitadas y apoyadas para convertirse en lideresas y para guiar a los clubes de las niñas a nivel comunitario. La riqueza del Programa consiste en abordar las transiciones complejas e interrelacionadas que se producen durante la adolescencia en todos los ámbitos de la vida de las niñas, como la educación, la vida familiar y la sexualidad. El Programa se esfuerza no sólo para mejorar las condiciones y oportunidades para los subgrupos más pobres de Guatemala, sino que trabaja para cambiar positivamente el entorno social en torno a las niñas, atacando así los problemas estructurales subyacentes de la desigualdad de género y la pobreza intergeneracional.