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Rompiendo con la tradición en Malawi: Las comunidades se unen para proteger los derechos de las niñas
- 08 Diciembre 2023
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CHIKWAWA, Malawi – Fanny Galeta, de 16 años, no estaba segura de cómo reaccionar cuando se enteró de que se había planificado su ceremonia de iniciación. “Nadie realmente te dice la verdad sobre lo que sucede allí”, comentó a UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo las cuestiones de salud sexual y reproductiva.
“Muchas cosas se mantienen en secreto. Traté de acercarme a mis amigas que habían estado y se reían. Me dijeron que tendría que averiguarlo por mí misma”.
Pero no tenía elección, pues muy pronto la Sra. Galeta fue acompañada por su madre a un campamento aislado en lo profundo de un bosque cercano a su aldea, donde fue recibida por cuatro mujeres mayores. No abandonaría el campamento durante las próximas tres semanas.
“Las reglas eran duras”, se quejó. “No se suponía que debíamos salir o ver a nadie durante nuestra estancia. Ni quienes nos traían comida podían hablar con nosotras”.
En su opinión, algunos aspectos de la ceremonia son útiles, como las lecciones de higiene menstrual y de cocina, pero otros, como el componente de “educación sexual”, en el que una de las señoras mayores enseñaba a las chicas a tener relaciones sexuales, casi arruinaron su futuro.
“Después de graduarnos, nos dijeron que habíamos alcanzado la mayoría de edad. Para muchas de nosotras, esto significaba que estábamos listas para el matrimonio. Decidí probar lo que habíamos aprendido y me encontré en una relación”, dijo.
El novio de la Sra. Galeta era unos años mayor, y a medida que crecía el amor recién descubierto, comenzó a perder interés en la escuela. “Nos pusimos de acuerdo para casarnos”, explicó, “pero cuando mi madre se enteró de ello, buscó ayuda de la policía comunitaria. Como era menor de edad, abandoné la zona y fui a quedarme con mi abuela, para que no detuvieran a mi novio”.
Sin embargo, ya se había difundido la noticia sobre su relación y pronto llegó a los oídos del jefe local, que decidió intervenir.
Los líderes locales a la altura del desafío
“Nuestro distrito es conocido por las prácticas tradicionales nocivas que han descarrilado el futuro de muchas niñas”, afirmó Fraiton Pintu, jefe de la aldea. “Esto tiene que cambiar. Si fracasamos, dejaremos un legado que será mal visto por las generaciones venideras”.
Más del 40 por ciento de las niñas en Malawi se casan cuando todavía son niñas, violando sus derechos sexuales, reproductivos y humanos y a menudo interrumpiendo sus estudios, a pesar de que una reforma constitucional de 2017 elevó la edad legal a 18 años.
El Sr. Pintu es un apasionado defensor de la educación de las niñas y presidente de la Red de Desarrollo Mlirima, un grupo comunitario que lucha contra la violencia de género y el matrimonio infantil, a través del cual organizó una reunión con la Sra. Galeta.
“Ella nos escuchó y aceptó volver a la escuela”, relató el Sr. Pintu. “También nos aseguramos de que el niño se mantenga alejado de ella, advirtiéndole que lo denunciaríamos ante la policía si continuaba viéndola”.
Los dirigentes de la red recibieron capacitación en igualdad de género y derechos por parte del UNFPA en el marco del programa Safeguard Young People, financiado por Suiza. El programa se basa en la sensibilización sobre prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la violencia de género, y el empoderamiento de las sobrevivientes para que reivindiquen sus derechos.
Hasta el momento, la red ha ayudado a más de 30 niñas a evitar los matrimonios precoces, y las ha apoyado en el retorno a la educación. Una de esas chicas fue Fanny, quien se presentó a los exámenes para obtener su certificado de escuela primaria y aprobó.
“Me alegro de haber escuchado sus consejos”, aseguró la Sra. Galeta. “Ahora soy el orgullo de mi familia, ya que soy la única chica que va a la escuela secundaria”.
Zanjar las brechas con miras a la autonomía corporal
El Sr. Pintu y su red también han creado estatutos que prohíben que las ceremonias de iniciación se lleven a cabo durante el período escolar, y estimularon un replanteamiento del papel de las iniciadoras.
“Los tiempos han cambiado, sin embargo, todavía teníamos mujeres mayores enseñando a las jóvenes tradiciones obsoletas”, explicó. “Elegimos mujeres jóvenes y progresistas para hacerse cargo de las ceremonias de iniciación. No podemos eliminarlas por completo, ya que son parte de nuestra cultura, pero podemos reformarlas desde dentro”
El UNFPA apoya a las mujeres y las niñas de todo el mundo para que reivindiquen su derecho a la autonomía corporal, y campañas como la del Sr. Pintu son un paso crítico para zanjar las brechas que aún quedan a fin de alcanzar la igualdad de género y permitir que las mujeres y las niñas vivan libres de violencia.
En el Día de los Derechos Humanos, la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, sostuvo que debemos hacer “todo lo que podamos para cumplir la promesa de un mundo mejor donde todas y todos puedan disfrutar de todos los derechos que les corresponden”.
Hanna Mkamwa, de 35 años, se enorgullece de que se le confíe la responsabilidad como nueva iniciadora, y tiene la intención de impartir información que prepare mejor a las niñas para elegir su propio futuro.
“He estado trabajando con niñas durante algún tiempo como miembro del grupo de madres, y conozco muy bien los problemas que atraviesan cuando crecen”, aseguró Hannah al UNFPA.
“Ahora que soy iniciadora, usaré mis conocimientos para hacer de las niñas futuras líderes, no niñas casadas”.