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Se necesitan mejor prevención del suicidio y cuidado de la salud mental entre los más vulnerables en Myanmar
- 04 de marzo de 2020
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YANGÓN, Myanmar - En todo el mundo, una persona se suicida cada 40 segundos, y se calcula que por cada muerte, otras 20 personas han intentado suicidarse. La gran mayoría de los suicidios ocurren en países de bajos y medianos ingresos, según la Organización Mundial de la Salud.
La vulnerabilidad de los jóvenes a los problemas de salud mental relacionados con el suicidio es particularmente preocupante en Myanmar, un país que desde hace mucho tiempo ha lidiado con conflictos y crisis humanitarias. "Existe una profunda asociación entre los conflictos, la migración forzada y mayores tasas de trastornos mentales y psicosociales", explicó Eri Taniguchi, especialista del UNFPA en cuestiones relativas a la violencia de género.
"Como todos sabemos, las vulnerabilidades de las mujeres, las niñas, los jóvenes y los adolescentes aumentan en los contextos humanitarios, mientras que las necesidades psicosociales y de salud mental tienden a ser ignoradas o se consideran no prioritarias", añadió.
El UNFPA, que es el principal organismo de salud mental y apoyo psicosocial en Myanmar, está trabajando para cambiar esa realidad. Junto con la Universidad Johns Hopkins, el UNFPA preside un grupo de trabajo que ha establecido un sistema de remisión de pacientes de salud mental y servicios psicosociales.
"El suicidio es un grave problema de salud pública", enfatizó la Sra. Taniguchi, "pero es prevenible con intervenciones oportunas de base empírica que a menudo son de bajo costo".
En 2016, la mortalidad por suicidio entre hombres y niños en Myanmar se situó en alrededor de 5,9 muertes por cada 100.000 personas, muy por debajo del promedio mundial de 13,5, según la OMS. No obstante, entre las mujeres y las niñas, la mortalidad por suicidio en Myanmar fue de 9,5 por 100.000 habitantes, superior al promedio global de 7,7.
Hay poca información fidedigna acerca de las causas de tales tasas de suicidio entre las mujeres, pero es evidente que las mujeres y las niñas en Myanmar enfrentan una variedad de factores de estrés, incluida la persistente desigualdad entre los géneros y las altas tasas de violencia.
Según una encuesta reciente, el 11 % de las mujeres y las niñas informaron haber sufrido violencia física o sexual del compañero íntimo en los 12 meses anteriores a la fecha de la encuesta.
El UNFPA está trabajando para integrar servicios de salud mental y psicosocial en su apoyo a los sobrevivientes de la violencia basada en el género. Esto incluye la prestación de asesoramiento y actividades de apoyo de grupo a las mujeres y las niñas, así como formación educativa y vocacional, que puede ayudar a los sobrevivientes a alcanzar el empoderamiento económico.
El UNFPA también está trabajando estrechamente con el Departamento de Bienestar Social y otros socios para proporcionar salud mental y apoyo psicosocial en comunidades afectadas por el conflicto en los estados de Kachin, Rakhine, Shan, Kayin y Mon.
Entre abril de 2018 y junio de 2019, el UNFPA alcanzó a 24.000 supervivientes y mujeres y niñas vulnerables con apoyo psicosocial de grupo.
El UNFPA también está ayudando a crear conciencia sobre las necesidades de salud mental de los jóvenes.
En octubre, el UNFPA y Metanoia, una organización de salud mental, llevaron a cabo un "programa de entrevistas y sesión de intercambio" para promover la toma de conciencia acerca de la prevención del suicidio. La sesión, facilitada por Metanoia, atrajo a más de 50 jóvenes participantes y fue transmitida en la televisión local.
Se trató de un evento para destruir tabúes.
"La gente se muestra reacia a hablar abiertamente acerca de los problemas de salud mental", afirmó la Dra. Ohnma Win Pe, directora de Metanoia. "Tenemos que crear un entorno cómodo para que más y más personas participen en los debates sobre el tema, a fin de diseñar un mejor plan de prevención".
Los participantes hablaron abiertamente sobre la necesidad de espacios seguros donde hablar abiertamente sobre sus problemas y recibir asesoramiento.
"La depresión y la falta de espacio para compartir son factores determinantes en el aumento de casos de suicidio entre los jóvenes hoy en día", aseguró Laha Hkawng Lum, de 21 años.
Los espacios acogedores de los jóvenes y otras redes similares pueden ayudar a proporcionar parte de este apoyo. El UNFPA apoya actualmente dos centros juveniles en el estado de Kachin, así como una "esquina" de jóvenes en la clínica de salud en el estado de Kayin, donde los adolescentes y los adultos jóvenes pueden recibir orientación y servicios, pero se debe hacer más para acabar con el estigma asociado con los trastornos mentales.
"En nuestra sociedad, el debate sobre la salud mental es en cierto modo considerado un tabú social, y aquellos que buscan apoyo en materia de salud mental son a menudo estigmatizados", adelantó la Sra. Taniguchi, para concluir sentenciado que "esto tiene que cambiar".