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Un rayo de esperanza para las mujeres y las niñas al reabrirse una clínica de salud sexual y reproductiva en el sudanés estado de Darfur Occidental

A female healthcare worker places her hand and a medical device on a female patient.
Una mujer recibe atención médica en la clínica de salud Ardamata, apoyada por el UNFPA, en El Geneina, en el estado de Darfur Occidental (Sudán). © UNFPA Sudán
  • 23 Enero 2024

ESTADO DE DARFUR OCCIDENTAL, Sudán – “Llegué al centro sanitario después que se calmaron los combates, pero estaban destruidos: No quedaban camas, ni equipo, ni suministros”, recordó Hiba*, médico de la ciudad de El Geneina, en el estado sudanés de Darfur Occidental.

La clínica Ardamata cuenta con el apoyo del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo los asuntos de salud sexual y reproductiva, y cuando está en funcionamiento presta apoyo esencial a unas 300.000 personas, tanto desplazadas dentro del Sudán como personas de las comunidades de acogida.

Sus servicios abarcan desde el apoyo a la salud sexual y reproductiva hasta la respuesta a la violencia de género y la gestión clínica de la violación. A pesar de la violencia y la agitación generalizada desde que el conflicto se extendió por todo Sudán en abril de 2023, las y los trabajadores de la salud y de asistencia humanitaria de la comunidad se han comprometido a continuar su trabajo. Sin embargo, cuando los grupos armados irrumpieron y saquearon las instalaciones en noviembre, el personal ya no pudo garantizar ni siquiera los servicios básicos, lo una gran laguna en la atención a las personas más necesitadas.

Donde la situación de seguridad lo permitía, perseveraban y prestaban atención directamente a las puertas de las mujeres. “Después de la destrucción del centro, visitamos a mujeres y niñas embarazadas en sus hogares. Sin embargo, enfrentamos problemas de acceso y no pudimos manejar casos complicados”, explicó Sara*, una partera. “En el caso de algunas [embarazadas], tuvimos que realizar los partos en la calle”.

La situación en Sudán es grave. Alrededor de 6 millones de personas han sido desplazadas dentro del país (4,5 millones de ellas desde abril) y se estima que hay unas 167.000 mujeres que están embarazadas en la actualidad. Las denuncias de violencia sexual brutal, coacción y trata de mujeres y niñas están aumentando a un ritmo alarmante, mientras que los mecanismos de protección se han visto obstruidos. y los refugios temporales están abrumados.

En menos de un año se han registrado 60 ataques contra la infraestructura de salud, y el 70 % de las instalaciones de las zonas de conflicto no están en funcionamiento. Los trabajadores de la salud han trabajado sin percibir su sueldo durante meses, y muchas instalaciones siguen ocupadas, saqueadas o destruidas. Los que quedan informan escasez de sangre, de equipos de transfusión, de líquidos intravenosos y de suministros médicos.

A midwife at the Ardamata clinic attends to a pregnant woman.
Una partera de la clínica de Ardamata atiende a una mujer embarazada, una de las 167.000 personas que se estima se encuentran actualmente desplazadas en Sudán. © UNFPA Sudán

Una respuesta resiliente

Después de apoyar la reparación de la clínica en diciembre de 2023, el UNFPA, junto con el asociado local, la Fundación para el Desarrollo del Niño, y los donantes internacionales, reemplazaron artículos esenciales, como camas, iluminación, herramientas quirúrgicas y equipo de obstetricia, para que la clínica pudiera reanudar sus operaciones.

“Hemos realizado 49 partos en el centro [en diciembre]”, adelantó Khalid*, proveedor de atención médica, al UNFPA. “Estamos encantados de volver a servir a las mujeres y niñas de Ardamata”.” 

“Estas mujeres se quedarían sin atención médica si el centro permaneciera fuera de servicio”.

A medida que la clínica reanuda su gama completa de asistencia, incluidas la salud sexual y reproductiva y la respuesta y prevención de la violencia de género, Eman*, trabajador sanitario, afirmo que ahora ofrecen "todos los servicios de forma gratuita, incluidos los partos y la atención posnatal”

La clínica, que es financiada por la Unión Europea, la República de Corea y los Estados Unidos, no solo proporciona atención médica, sino que también brinda a las mujeres y niñas de El Geneina una sensación de seguridad en un momento de crisis grave.

Image of a dilapidated, destroyed wall.
Los saqueos y la destrucción obligaron a la clínica a cesar sus operaciones, y el personal de atención de la salud debió prestar servicios directamente a las mujeres y niñas en sus hogares, cuando la situación de seguridad lo permitía. © UNFPA Sudán

El UNFPA en el Sudán

El UNFPA presta apoyo a centros de salud y espacios seguros que funcionan en todo Sudán, junto con nueve clínicas temporales desplegadas para prestar servicios de salud sexual y reproductiva y protección contra la violencia de género en Al Jazira, Nilo Azul, Gedaref, Kassala, los estados de Darfur del norte y Occidental y los estados del Nilo Blanco.

La salud y la seguridad de las mujeres y las niñas se ven especialmente amenazadas en situaciones de conflicto y desplazamiento, ya que se ven obligadas a buscar refugio en lugares insalubres y hacinados, y a menudo son responsables de recoger los alimentos, el combustible y el agua, lo que las expone a la violencia y el secuestro, ya que deben aventurarse lejos y solas.

Más de 4,2 millones de mujeres y niñas en Sudán están en riesgo de violencia de género, un número que podría llegar a 6,9 millones en 2024. A pesar de que el acceso está gravemente comprometido y la inseguridad es aguda, el personal de la clínica Ardamata sigue dedicado a apoyar a sus comunidades, ya que la vida y el bienestar de millones de personas penden cada vez más de un hilo.

*Se han cambiado los nombres por motivos de privacidad y protección

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