Declaración
Día Mundial de la Salud: Protejamos al personal de partería para garantizar la seguridad de las mujeres y los bebés durante la pandemia de COVID-19
07 de abril de 2020
Declaración
07 de abril de 2020
En este Día Mundial de la Salud, celebramos el primer Año Internacional del Personal de Enfermería y de Partería. El personal de partería constituye un pilar fundamental de todas las labores que desarrollamos en el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de la salud sexual y reproductiva. Las aptitudes de estos expertos, que les permiten salvar vidas, van mucho más allá de la asistencia en los partos; también educan y empoderan a las mujeres, además de permitirles llevar una vida sana y ejercer su derecho a la salud sexual y reproductiva.
En el contexto actual, en el que la pandemia de COVID-19 ya ha registrado más de un millón de infectados a escala mundial, los trabajadores sanitarios se erigen como héroes anónimos que luchan contra la enfermedad en primera línea. Los miembros del personal de partería arriesgan sus vidas para salvar las de embarazadas y recién nacidos, velan por que los embarazos sean sanos y seguros, y toman todas las precauciones necesarias para proteger a sus pacientes.
Estos profesionales desempeñan un papel esencial en la respuesta frente a emergencias de salud pública como la que nos ocupa. Para superar el coronavirus, necesitamos sistemas de salud sólidos y resilientes, de los cuales estas personas constituyen un elemento vital. Es imprescindible no poner en peligro los servicios de salud sexual y reproductiva al asignar al personal de partería tareas propias del personal de emergencia.
Los profesionales de esta esfera que atienden a pacientes fuera del ámbito hospitalario tienen una importancia crucial para mantener las medidas de distanciamiento seguro que se requieren para contener la propagación de la enfermedad. Cuantos más profesionales de este ámbito estén listos para visitar los domicilios de las mujeres embarazadas que viven en comunidades rurales o puedan brindar atención prenatal y posnatal por vía telefónica, menos personas correrán el riesgo de transmitir o resultar infectadas por la COVID-19.
Mientras el nuevo coronavirus se extiende por todo el mundo, incluido un gran número de países en desarrollo con sistemas de salud frágiles, las mujeres no dejan de quedarse embarazadas y dar a luz. El personal de partería es clave para velar por que todos los embarazos y partos sean seguros, independientemente de dónde se produzcan. Además, proporcionan la información y la orientación sobre anticonceptivos que las mujeres y los jóvenes precisan, incluso en períodos de crisis.
Al ser trabajadores sanitarios de primera línea, son especialmente vulnerables al virus, por lo que las embarazadas y los bebés también se ven expuestos. Hemos de adoptar medidas urgentes encaminadas a proteger al personal de partería; por ejemplo, todos sus miembros han de contar con el mismo equipo de protección personal para evitar los contagios que utilizan otros profesionales de la salud de primera línea.
En todos los rincones del planeta, los trabajadores del ámbito de la partería afrontan el reto que supone la COVID-19. Con el apoyo del UNFPA, los matrones y matronas de los países más afectados llevan a cabo su labor día y noche a fin de atender a las mujeres y los bebés. Según ellos mismos afirman, jamás abandonarán a sus pacientes.
Junto con la Organización Mundial de la Salud y otros asociados, el UNFPA brinda su apoyo, hoy y siempre, al personal de partería de todo el mundo.
La vida sigue a pesar de la pandemia; los embarazos y los partos no son una excepción. Son momentos difíciles para todos, sobre todo para los profesionales sanitarios. Hagamos todo lo que esté en nuestra mano para proteger al personal de partería a fin de que puedan seguir velando por la seguridad de las mujeres y los recién nacidos.