Declaración

Escuchar y sanar a las supervivientes de la violencia sexual es esencial para una paz duradera

18 Junio 2024

Declaración de la Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem, en el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos

Las mujeres rara vez desencadenan las guerras, pero suelen ser quienes más las sufren al verse expulsadas de sus hogares, separadas de sus familias, privadas de sus medios de subsistencia y sometidas a la violencia. Sus cuerpos jamás deberían ser un campo de batalla, pero esto es lo que sucede cuando la violencia sexual se utiliza deliberadamente durante los conflictos para aterrorizarlas a ellas y sus comunidades.

Ante el auge de los conflictos en todo el mundo, los casos de violencia sexual relacionada con los conflictos han alcanzado nuevas y espeluznantes cotas al elevarse un 50% entre 2022 y 2023. Mujeres y niñas son agredidas y violadas, obligadas a casarse y sometidas a la esclavitud sexual. Posteriormente tienen que hacer frente a consecuencias nefastas que pueden durar toda la vida, como el estrés postraumático, las infecciones de transmisión sexual, el estigma social y el aislamiento, las lesiones físicas y los embarazos no deseados.

La mayoría de los casos de violencia sexual se perpetran contra las mujeres. Una tercera parte de ellos afectan a niñas. Las mujeres que defienden los derechos humanos y prestan servicios de primera línea son cada vez más objeto de ataques.

La violencia sexual en los conflictos es un crimen de guerra que silencia las voces que imploran la paz. Ese silencio se agudiza cuando quienes denuncian las violaciones sistemáticas no reciben suficiente atención.

Por desgracia, la gran mayoría de los casos de violencia sexual relacionada con los conflictos no serán denunciados, y aún menos llegarán a los tribunales. Una gran parte de los autores seguirán libres, perpetuando la impunidad. Mientras tanto, con demasiada frecuencia las supervivientes apenas cuentan con recursos para sanar sus cuerpos y mentes, especialmente allí donde los ataques deliberados contra los centros de salud han dejado a las comunidades desprovistas de servicios que salvan vidas.

Todas las mujeres y niñas en todos los conflictos merecen protección y —cuando esta flaquee— una atención de calidad y un acceso rápido a la justicia. En 2023, el UNFPA proporcionó protección contra la violencia de género a unos 6 millones de personas en 50 países afectados por crisis. Más de 1.800 espacios seguros ofrecieron a mujeres y niñas un refugio físico y emocional.

Juntos, debemos hacer más. Debemos ampliar los servicios para satisfacer las necesidades y salvaguardar los derechos de un número aún mayor de supervivientes. Para ello, es fundamental cubrir el enorme déficit de financiación que obstaculiza el progreso. Ahora mismo, se dispone de menos del 15% de los fondos necesarios para los servicios esenciales de prevención y protección destinados a responder a la violencia de género en situaciones de crisis.

Las mujeres y las niñas conocen las soluciones que mejor funcionan para ellas y sus comunidades. Necesitamos su representación en los procesos políticos y de paz antes, durante y después del conflicto. Su liderazgo y participación significativa pueden guiar la toma de decisiones humanitarias para reducir y, en última instancia, poner fin a la violencia sexual en la guerras. Se trata de un principio que el UNFPA defiende y practica como primera línea de respuesta a la violencia de género en contextos humanitarios.

La paz duradera solo será posible cuando silenciemos las armas y no a las sobrevivientes de la violencia sexual, y cuando creemos un mundo en el que las mujeres y las niñas puedan expresar su verdad y vivir con dignidad y seguridad.

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