“Ojalá no sea cáncer”, pensó Valentina, de 71 años, cuando visitó una clínica móvil en Ucrania el año pasado.
“Era la medianoche del 6 agosto cuando tocaron con fuerza mi puerta. Mi marido abrió la puerta. De pie en la oscuridad...
Utilizamos cookies y otros identificadores para mejorar su experiencia en línea. Al utilizar nuestro sitio web usted acepta esta práctica, consulte nuestra política de cookies.