Explicación: ¿Por qué motivo la igualdad de género y los derechos reproductivos son esenciales para la paz?

NACIONES UNIDAS, Nueva York –  El año 2023 fue el año más violento en décadas, en que el número de conflictos estatales alcanzaron su nivel más alto desde el comienzo de la Guerra Fría.

Cuando las crisis golpean, el rostro de sus consecuencias es desproporcionadamente femenina. Si bien los combatientes suelen ser hombres, más de dos terceras partes de los civiles muertos en los conflictos son mujeres y niños. Las mujeres y las niñas también constituyen la mayoría de las sobrevivientes de la violencia sexual relacionada con los conflictos.

“El destino de la humanidad no está en manos de los hombres que lanzan bombas”, señaló la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de las cuestiones de salud sexual y reproductiva. [Más bien] depende de las mujeres, las y los jóvenes y los aliados que se unen para lograr la paz".

Sin embargo, con suma frecuencia, los procesos de consolidación de la paz han sido presididos por fuerzas combatientes dominadas por hombres y por políticos que en su mayoría son hombres. Entonces, ¿qué papel desempeñan las mujeres y las y los jóvenes en la promoción de la paz? ¿Y cómo les empodera el UNFPA para que participen?

¿Qué es la consolidación de la paz?

La consolidación de la paz comprende el espectro de medidas necesarias para reducir “el riesgo de que caiga o vuelva a caer en un conflicto, mediante el fortalecimiento de las capacidades nacionales para la gestión de conflictos y [el trabajo dirigido a sentar] las bases para una paz sostenible”.

Eso significa que la consolidación de la paz requiere mucho más que negociar el fin de las guerras, pues supone también introducir medidas más amplias para prevenir, mitigar y poner fin a las disputas antes de que lleguen a la violencia, incluidos los esfuerzos para enfrentar los desequilibrios de poder y la desigualdad en toda la sociedad.

¿Qué tiene que ver la igualdad de género con la paz?

La igualdad, incluida la igualdad entre los géneros, es una condición previa para una paz duradera. Las investigaciones indican, por ejemplo, que el sufragio femenino ha reducido históricamente las probabilidades de conflicto interestatal.

La desigualdad de género, por otro lado, puede alimentar ciclos de violencia. Las normas de género que dictan la manera en que deben comportarse los hombres, como las que vinculan la masculinidad con la agresión, pueden utilizarse para reclutar hombres en conflictos.

En todo el mundo, el UNFPA pretende cambiar estas normas para que, en lugar de perpetuar el conflicto, impulsen la paz. En Kenya, este programa adopta la forma del programa Nitasimama Imara, que se centra en alentar a los hombres y los niños a defender la igualdad entre los géneros.

“Cultivar campeones contra la violencia de género ayudará a promover la paz dentro de nuestras comunidades, lo que en última instancia beneficiará a toda la sociedad”, afirmó Ruth Wachera, comisionada adjunta del condado de la División Kapenguria de Kenya.

¿Por qué se debe incluir a las mujeres y a las y los jóvenes en los procesos de consolidación de la paz?

Las investigaciones indican que la inclusión de las mujeres en la consolidación de la paz aumenta la probabilidad de que se llegue a acuerdos y de que se mantengan. También se ha demostrado que las y los jóvenes artífices de la consolidación de la paz ayudan a suprimir los niveles de violencia y a facilitar las relaciones pacíficas, y su participación puede generar un apoyo más amplio a las medidas encaminadas a la reconciliación, que son esenciales para garantizar una paz sostenible.

En Somalia, el UNFPA apoya la programación para fomentar la capacidad de las y los jóvenes para que participen en el proceso de consolidación de la paz del país. Dos jóvenes, Jamal* e Ismail*, afirmaron que participar en la iniciativa había causado en ellos un cambio de actitud.

“Éramos bandoleros de bajo nivel, disponibles por encargo o incluso como voluntarios para participar en peleas de clanes”, recordó Ismail.

“Algunos ahora estamos reformados,” introyectó Jamal. Ahora estamos participando activamente en el mantenimiento de la paz en la ciudad”.

¿Cómo se relacionan la salud y los derechos sexuales y reproductivos con la paz?

El ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos crea condiciones favorables a la paz, y viceversa. “Cuando las mujeres tienen voz y una opción, cuando las mujeres están empoderadas económicamente y cuando participan en los sistemas de seguridad y justicia, la recuperación de los conflictos se acelera y disminuyen los índices de abuso y mala conducta”, adelantó la Dra. Kanem.

La participación de las mujeres en la consolidación de la paz también depende del grado en que puedan movilizarse a través de la sociedad, libres de la amenaza de la violencia, un principio fundamental de la salud y los derechos sexuales y reproductivos.

El conflicto, por otro lado, destruye los sistemas de salud, socava la capacidad de las mujeres de dar a luz de manera segura, interrumpe el acceso a suministros esenciales, como los anticonceptivos, y aumenta los riesgos de violencia de género. “Una y otra vez, las mujeres y las niñas se ven obligadas a enfrentar la peor de las guerras que no comenzaron”, añadió la Dra. Kanem.

¿De qué manera el trabajo del UNFPA promueve la paz?

Entre 2007 y 2024, el UNFPA ha ejecutado 158 programas de juventud, paz y seguridad en todo el mundo. Su programación también se centra en el empoderamiento de las mujeres y las y los jóvenes, y en asegurar su inclusión en los procesos de consolidación de la paz. En Burkina Faso, una de esas iniciativas ofreció a las dirigentes de organizaciones de mujeres instrucción sobre periodismo móvil y verificación de datos, con la visión más amplia de inspirarlas a crear contenido equilibrado y medido sobre su contribución a la consolidación de la paz y al proceso de transición política del país.

Entretanto, en Filipinas, el UNFPA apoyó la capacitación de mujeres ex combatientes en la región autónoma de Bangsamoro, en el Mindanao musulmán, afectada por el conflicto, para que se convirtieran en trabajadoras parasociales. “No esperaba tener este tipo de oportunidad”, admitió Saima, quien ahora sirve como defensora de la comunidad contra la violencia de género, con un fuerte enfoque en el matrimonio infantil. “Desde mi experiencia previa de portar armas, ahora estoy mis armas son un bolígrafo y un micrófono”.

* Se han cambiado los nombres por motivos de privacidad y protección