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Un proyecto en el Sahel ayuda a las mujeres a salir por sí mismas de la pobreza junto con sus comunidades
- 16 Junio 2020
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AM TIMAM, Chad – Una vez, Adouia Brema fue niña y fue obligada a abandonar la escuela. Hoy le da a su comunidad el don de la luz.
Su viaje (de madre adolescente vulnerable a electricista de celdas solares) muestra las notables hazañas que las mujeres y niñas marginadas pueden lograr cuando están empoderadas con información y oportunidades económicas.
"Apenas tenía 13 años cuando me casé. El día en que me casé, estaba en sexto grado", recordó la Sra. Brema.
“Al principio me dejaron seguir yendo a la escuela. Entonces di a luz a mis dos primeros hijos. Me encontré sola en la casa y tuve que dejar la escuela para poder cuidar de mi casa y de mis hijos. Hoy tengo ocho hijos".
Su experiencia no es única: Chad tiene una de las tasas más altas de matrimonio infantil en el mundo: el 67 % de las mujeres jóvenes se casaron antes de los 18 años, según el Informe sobre el Estado de la Población Mundial de 2019.
Para muchas niñas casadas, el matrimonio significa una rápida salida de la escuela y la entrada a la maternidad. Son menos capaces de defenderse a sí mismas, tienen menos acceso a servicios de salud y una mayor vulnerabilidad ante la violencia. Sus comunidades se ven privadas del fruto de su potencial.
Aun así, el cambio es posible.
El Proyecto de Empoderamiento de las Mujeres y Dividendo Demográfico del Sahel (Sahel Women's Empowerment and Demographic Dividend Project, SWEDD) ofrece a las mujeres y las niñas de África occidental formación profesional para que puedan ganar más y tener un futuro mejor. El proyecto también fortalece la educación de las niñas, aumenta el acceso a los servicios de salud reproductiva y compromete a comunidades enteras en cuestiones como el matrimonio infantil, los derechos humanos y la igualdad de género.
A través del SWEDD, la Sra. Brema se matriculó en un curso para convertirse en electricista.
"Al principio, pensábamos que la electricidad, con todos esos cables, era trabajo de hombres", confesó. "Sentimos que no podíamos hacerlo. Pero nos pidieron que no nos asustáramos, pues podríamos lograrlo".
Ella y sus compañeros de clase aprendieron rápido. "Empezamos a comprender algunas de las nociones, como los paneles solares, las baterías y todas las conexiones eléctricas", recordó.
“Logré aprender lo básico en dos semanas, y comencé a trabajar en mis primeras instalaciones eléctricas sin miedo. Ahora tenemos un negocio".
En Chad y otros países donde funciona, el SWEDD ya ha proporcionado capacitación profesional a más de 154.000 mujeres. Cuando las mujeres y las niñas marginadas tienen acceso a información y oportunidades, se benefician todas sus familias y sus comunidades.
La propia experiencia de la Sra. Brema lo confirma.
Con su negocio, ella y sus socias han podido proporcionar iluminación de bajo costo a los miembros de la comunidad.
"Después que se instalan los paneles, la electricidad es gratuita porque proviene del sol", explicó, para puntualizar que "se recibe electricidad día y noche. Los niños la usan todo el tiempo".
La Sra. Brema también entrena a otras mujeres en la aldea.
"Antes dependía de mi marido, pero hoy nos beneficiamos de cada instalación... Desde que aprendí a realizar un trabajo remunerado, he querido que mis hermanas sigan mi ejemplo. Si se capacitan, también podrán trabajar y ganar dinero”.
El Banco Mundial aprobó recientemente USD 376 millones en fondos adicionales para apoyar la ejecución de la fase 2 del SWEDD, lo que eleva el apoyo general del Banco Mundial a USD 680 millones.
Además de apoyar las iniciativas existentes, la nueva inyección de fondos ayudará a los gobiernos a fortalecer los marcos jurídicos que respaldan los derechos de las mujeres a la salud y la educación. Ya se ha consultado a parlamentarios, jueces y abogados para esta parte del proyecto.
La Organización de la Salud del África Occidental y la Unión Africana se unen a la fase 2. El UNFPA seguirá aplicando el SWEDD y proporcionando orientación técnica. Los países que ejecutan el proyecto son Benín, Burkina Faso, Chad, Côte d’Ivoire, Malí, Mauritania y Níger, y el programa se pondrá en marcha próximamente en Camerún y Guinea.
Más recientemente, el UNFPA ha apoyado al SWEDD en la campaña regional #StrongerTogether, cuyo lema movilizador es "¡Mi empoderamiento, mi futuro, incluso en tiempos de crisis!" La campaña comparte información sobre la COVID-19, roles positivos de género, agua y saneamiento e higiene menstrual. También destaca la educación a distancia para las niñas y la importancia de que regresen a la escuela.
"Nosotros, los hombres, debemos aprovechar esta época de crisis para ser modelos de conducta para nuestros hijos apoyando a nuestras esposas e hijas. Rompamos el ciclo de la violencia y construyamos un mundo mejor para nuestras madres, esposas, hermanas e hijas... y para nosotros mismos", dicen los mensajes. "Hay que hacer hincapié en la protección y promoción de los derechos de las adolescentes".
En cuanto a la Sra. Brema, recientemente admitió al UNFPA que la pandemia ha sido difícil para su familia y sus negocios.
Sin embargo, siempre ha dicho que, con los recursos adecuados, las mujeres y las niñas pueden crear un mundo mejor para todas las personas: "nos ayudaremos mutuamente y nuestros esfuerzos combinados crearán un futuro mejor", concluyó.
Una versión de este artículo se publicó por primera vez en www.worldbank.org. Este artículo ha sido actualizado con nueva información